¡Acompáñanos: llega el documental Guerreras del Tiempo! Premier 1 de febrero de 2019

¡Acompáñanos: llega el documental Guerreras del Tiempo!
El próximo 1 de febrero tendrá lugar el estreno mundial del documental Guerreras del Tiempo, uno de los grandes proyectos que ha impulsado este año nuestra Asociación. Esta premier se efectuará en el Teatro La Cuina, del Espai de la Dona Francesca Bonnemaison (Carrer de Sant Pere Més Baix 7, Barcelona), a las 18 hrs. Participarán algunas de las protagonistas de la película, su equipo de realización, entidades colaboradoras, y público general, interesado en las temáticas de envejecimiento, equidad de género y multiculturalidad. Las puertas están abiertas, para que seas parte de esta campaña por un mundo con menos edadismo y más amor.

 

 

 

 

 

 

 

Título: Al día
Autora: Rachel García (Cuba)


 

 

 

Documental Guerreras del Tiempo: una reseña.
Por: Heriberto Hernández
Guerreras del Tiempo, es un documental etnográfico codirigido por Gretel Rafuls y Marta Fiori, con la producción de la Asociación Cultural Trans-Fusión Cubana y la red de mujeres creadoras ReDespierta: mujeres reinventándonos. En su realización contó con la colaboración de casi cien personas de distintas nacionalidades, convirtiéndolo en una obra colaborativa y multicultural. El documental muestra la cosmovisión de la vejez con rostro de mujer, en una puesta sencilla y conmovedora, donde la estética se subordina a la ética, y donde prevalece la síntesis de la memoria. Sus protagonistas son seis mujeres mayores, venidas de muchas partes, con sensibilidades distintas y recuerdos agridulces, pero con un denominador común: narran sus historias vividas en tiempos paralelos, a la vez que hoy confluyen, en el ocaso de sus vidas.
El documental desborda ternura y verdad. Cuando se vive tanto tiempo y tan intensamente, la memoria se hace selectiva y a veces difusa; el mérito de las directoras ha sido, armonizar los discursos cronológicamente y crear la ilusión de un paralelismo, que nos sumerge en la creencia de que hasta las vidas más sencillas pueden ser extraordinarias. La apuesta por la entrevista sin preguntas, le aporta una dinámica que contrasta con la serena quietud de sus protagonistas. Los datos estadísticos son un perfecto complemento para mostrar el universo de la vejez, esas verdades como puños que golpean en el rostro de la dignidad del ser humano. Con la sencillez de una prosa curtida en sus batallas por la vida, las ancianas van narrado sus vivencias: la inocencia de la infancia, los tabús de una juventud reprimida, sus experiencias con el matrimonio y la maternidad, la pérdida de sus seres queridos, el impacto de la precariedad en sus vidas, y sobre todas las cosas, descubrir que la soledad es la triste realidad de la vida moderna.
Cada historia nos aporta un testimonio único. Mine la abuela cubana, vive con dignidad la precariedad y la soledad acompañada, recorriendo todos los días las calles de La Habana en búsqueda de esperanza. María, la catalana, sumergida en sus recuerdos, entre las pérdidas irreparables y cicatrices que deja la vida, pero siempre con una sonrisa en su boca. Diana, una chilena de mundo, víctima de la emigración forzosa, hoy sigue creyendo que hay motivos para celebrar la vida. Loraine, la inglesa, con la historia más desgarradora de todas, nos da una lección de vida, cuando nos habla de su experiencia de vivir en la calle. A pesar de la exclusión, no pudieron hacerla invisible, porque aprendió: “a tratar a las personas como le gustaría que la tratasen a ella”. Consuelo, la venezolana nonagenaria, que aún sigue autoimponiéndose la responsabilidad de seguir viviendo, porque la vida hay que aprovecharla hasta el último día junto a los suyos. Mati, la hispano-mexicana, una octogenaria militante de la vida, que se niega a vivir, para el recuerdo de otros, porque “solo se vive una vez”.
El documental deja un atisbo de esperanza en la secuencia final, cuando las protagonistas sonríen a la cámara. En la comisura de sus labios se sugiere un optimismo mesurado, porque a pesar de las noticias de los telediarios, las crisis crónicas y la deshumanización creciente, las ancianas se refugian en sus ángeles, esas extrañas personas voluntarias, que dedican su tiempo libre a acompañarlas para atenuar su soledad, porque como dijo Eduardo Galeano: “Hay un único lugar donde el ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana”.

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