Noticias de Guerrer@s. TeatroCasArt 9no Encuentro.
Reseña realizada por el dramaturgo cubano Pérez Estanquero, presente en la proyección del documental en el espacio artístico TeatroCasArt, organizado por la creadora cubana Malena Espinosa en Barcelona, el 23 de febrero de 2019:
El Noticiero OK, el Noticiero Santiagueras y el Noticiero Liberty –antiguos noticieros silentes y sonoros cubanos- informaron que…Buena parte del orbe está mirando hoy, 23 de Febrero de 2019, la frontera entre Venezuela y Colombia. Justo otro 23 de Febrero, hace ya algunos años, se produjo el famoso golpe de estado en España. Muchos años después del 2019, exactamente el 23 de Febrero de… Datos, documentos, testimonios y testigos.
En breve -hoy, a las 18 horas, en Barcelona- se estará presentando el documental: “Guerreras del Tiempo” dirigido por la cubana Gretel Rafuls. Seis mujeres están a punto de aparecer ante mí. Una tras otra. ¿Una tras otra? Seis mujeres de diferentes culturas. Así reza en la invitación de Malena Espinosa, la artista que promueve este noveno encuentro de TeatroCasArt -también los ocho anteriores y los que vendrán-. Comienza mi documental. No será a lo Jean Rouch. No será un documental etnográfico con nativos (con, no sobre nativos -pues entonces ya no sería un documental-) que juegan papeles ficticios (Según Internet). Estaré usando el signo arroba no para separar algún nombre de usuario del algún servidor sino para englobar o incluir géneros y edades. En todo caso l@s nativ@s presentes jugaremos a ser nosotr@s mism@s ¿Será el juego así?. Está por ver.
Voy llegando. Llego tarde. Que es realmente lo que me propongo hacer ¿documental, falso documental, biopic, docudrama o docuficción? ¿Qué será lo que propone Rafuls? Su documental fílmico será en breve un hecho real. Toco el timbre. Subo las escaleras. Me abre la puerta la propia Gretel (lo supe después). Llego, finalmente, al 9no encuentro. Y comienzo a (d)escribir lo que veo. Mis ojos son la cámara y con mi mano y un bolígrafo traduzco, edito y devuelvo en palabras lo que veo. Todo estará, no obstante, mediado. Mi subjetividad y mis formas de expresarlas no podrán obviarse…. la sala de la casa de Malena y Miguel: un sofá allí, otro aquí, una mesa de centro por allá y unas….15 sillas “como de cine”. Los aquí reunidos no son solo l@s habituales de los encuentros anteriores. Está Monica. Está Arsenio…. no está Thelma (que no sé si se escribe con h),… estoy yo (que no soy Luise) para dar a mi modo fe del encuentro: para, a mi modo, documentarlo.
Y comienza a progresar una filmación articulada en dos ejes temáticos: 1) mujeres que 2) se acercan, faltándoles bastantes años, al siglo de vida. Algunos de los hoy presentes en la sala serán, sin dudas, los futuros habituales de otros próximos encuentros. El documental nos unirá. ¿Hacer esta afirmación no es acaso hacer ficción? Lo real es que ahora, al menos yo, no sé los demás (imagino que también ell@s) estoy aquí para ver y oír a las anunciadas guerreras del tiempo. Y para ver las formas de la realización del documental. También para conocer a la realizadora. Probablemente lo real sea que estoy aquí solo para cumplir con el ritual de asistencia a TeatroCasArt, a ese encuentro mensual que me hace bien.
En la pared de la sala (una pared de pronto pantalla y al mismo tiempo, metafóricamente, ventana) aparecen una cubana, una mexicana, una inglesa, una catalana, una venezolana, una chilena. No estamos ante presencias y relatos que respondan a culturas visceralmente diferentes, creo, sino ante significativas variaciones de una misma cultura: de la occidental. Todas las convocadas, por ejemplo, parecen compartir, entre otras cosas, un mismo ámbito religioso. Palabras como monja, misa, dios, etc. circulan por los seis relatos autobiográficos. Todas dejan ver, a través de sus singulares circunstancias, una comunidad en la fe.
Todas, con la colaboración de la realizadora, exponen partes de sus rutinas. Todas narran fragmentos de sus vidas. Todas exponen sus particulares afectaciones, consagraciones y debates -sino sus particulares guerras- con ciertas sedimentadas pautas del deber ser. Son seis mujeres tan comunes como extraordinarias. Sus resúmenes de lo vivido, su vivir y sus planes de lo por vivir invitan -sin pretender aconsejar- a verlas y oírlas una vez más, y después y otra vez. Tendremos muchas razones para regresar a sus “confesiones” -y eso haremos, creo, aún cuando ya ninguna de las seis esté físicamente presente-. Los presentes en el 9no encuentro de TeatroCasArt, sin embargo, reparamos fundamentalmente en el tema vejez. A penas mencionamos, curiosamente, el tema mujeres.
Cierto es, por ejemplo, que si observamos la historia de los documentalistas cubanos podrá notarse la presencia de documentales solo realizados por hombres. Ahí estuvieron, a partir del noticiero silente de Juan Valdés (con Enrique Fontanills) en 1920, El parque de Palatino (1906) de Enrique Díaz Quesada; las Actualidades Habaneras, de Jorge Piñeyro, Salvador Cancio (Saviur) y Rogelio Pujol y…una larga lista.
Tras el documental de las Guerreras del tiempo, y tras las charlas en torno a él, se impusieron los beberes y los comeres: esa otra realidad en estas reuniones. Y las despedidas. Algunos volveremos a vernos en esta sala una y otra vez este año y el próximo y el siguiente pero no continuaré este documental escrito No importará ya si esta entrega fue un documental, un falso documental, un biopic, un docudrama o un material de docuficción. ¿Qué consiguió Rafuls con el suyo? ¿Qué habría dicho Robert J. Flaherty, “el inventor”, de su documental? ¿Qué dirá…?. Quizás tampoco importen las respuestas.
Voy saliendo. Esta vez me voy temprano del encuentro. Me voy con la sensación de haber estado no ante seis potentes mujeres sino ante siete. Estuve ante una inusual artista, ante una especial activista social, ante una humanista singular. Gretel Rafuls se ha explicado, a mi juicio, muy bien. Sorprende como ha creado el documental, impresiona el número de colaboradores, maravilla su respeto por las guerreras que han declinado, después de ser filmadas, su aparición en él. Hoy l@s presentes en la reunión probablemente, ante el documental y ante Gretel, supimos algo nuevo sobre nosotr@s mism@s. Buscaré, y escucharé, a las guerreras del tiempo que tengo cerca: en casa, en el barrio, en las afueras de la ciudad, en el siglo pasado y en el que estará por llegar. Les comentaré también mis guerras.